mañana estaba destinada a saltar de la rutina y llegar a ser inolvidable para muchos fieles de Jerusalén y Judea que asistían a los cultos y servicios. Resulta que en los tiempos de David, por mandato de Jehová el Dios de Israel, los sacerdotes fueron distribuidos en veinticuatro grupos para cumplir sus servicios en el Templo (1 Crónicas 24:1–19). Cada grupo asumía la responsabilidad de ministrar por una semana en el Templo, de sábado a sábado, y los servicios diarios se subdividían entre las varias
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